La genética como alivio al sufrimiento de los ganaderos

Publicado el 30 de abril de 2019

La genética como alivio al sufrimiento de los ganaderos

Mucha gente en este sector concibe la producción porcina como un acto de amor. Sin embargo, cada vez son más los ganaderos que se enfrentan con la dificultad de encontrar buenos trabajadores a los que resulta aún más duro retener y más complicado pagar. En respuesta a ello, las compañías genéticas están actualmente centrando todos sus esfuerzos en intentar ofrecer cerdas que requieran muy poco mantenimiento y que ofrezcan mucho a cambio de muy poco.

«Uno de los principales atractivos de la Hypor Libra* es que resulta muy fácil de manejar durante todo el ciclo reproductivo y se comporta como una estupenda madre», nos cuenta Ernie Meyer, director de Operaciones en Hypor, la Unidad de Porcino de Hendrix Genetics. «Esto influye muchísimo en las necesidades de personal laboral de una explotación. La Hypor Libra*, por poner un ejemplo, es una hembra con un período de celo bien marcado y una tasa de fertilidad alta, lo que facilita las labores de control del celo y exige menos tiempo a la hora de la repetición».

Tanto durante la gestación como en el momento del parto, la Hypor Libra* se vale prácticamente por sí sola, sin necesidad de un control constante. Dada la uniformidad de las camadas que produce, tampoco se necesita recurrir a cerdas nodrizas, lo que simplifica el manejo tanto de madres como de lechones.

«Llevo 30 años visitando granjas, así que he visto a multitud de ganaderos con las experiencias más diversas», nos cuenta Ernie Meyer. «Cuando eres nuevo en el negocio, es fácil pasar por alto algunos de esos pequeños detalles que marcan la diferencia. Lo bueno de la Hypor Libra* es que progresa y destaca en cualquier entorno, lo que convierte en bueno al ganadero menos experto y en excepcional al más veterano».

La capacidad de prosperar bajo presión

Cualquiera que dirija una explotación porcina tiene que enfrentarse a la presión que supone destetar más lechones sanos, robustos y uniformes que le permitan aumentar la rentabilidad de la empresa y reducir los costes laborales. Esto es precisamente lo que logra la Hypor Libra*, al producir un elevado número de nacidos totales con tal uniformidad y robustez que consiguen prosperar sin necesidad ni de grandes cuidados ni de todos los gastos derivados de ellos.

«Los lactorremplazantes son caros y, por otro lado, los grupos de defensa de los derechos de los animales ejercen cada vez más presión en torno a la demanda de garantías de que los animales reciben un trato adecuado», nos dice Jeroen van de Camp, director de Operaciones y Servicios de Hypor, la Unidad de Porcino de Hendrix Genetics.

hypor jeroen

El que nuestras cerdas puedan criar y destetar a sus propios lechones, sin apenas intervención humana, significa que podemos dar cabida a esas bocas a mayores sin incurrir en gastos adicionales.

hypor jeroen
Jeroen van de Camp
Director Operations & Services Swine Hendrix Genetics.

Cualquiera que dirija una explotación porcina tiene que enfrentarse a la presión que supone destetar más lechones sanos, robustos y uniformes que le permitan aumentar la rentabilidad de la empresa y reducir los costes laborales. Esto es precisamente lo que logra la Hypor Libra*, al producir un elevado número de nacidos totales con tal uniformidad y robustez que consiguen prosperar sin necesidad ni de grandes cuidados ni de todos los gastos derivados de ellos.

«Los lactorremplazantes son caros y, por otro lado, los grupos de defensa de los derechos de los animales ejercen cada vez más presión en torno a la demanda de garantías de que los animales reciben un trato adecuado», nos dice Jeroen van de Camp, director de Operaciones y Servicios de Hypor, la Unidad de Porcino de Hendrix Genetics.

Hypor Piglets

La mano de obra: un problema en todas las lenguas

Si bien cada país tiene sus propios retos en el campo de la producción porcina, la importancia de limitar la necesidad de mano de obra es universal. En Estados Unidos, el índice de desempleo sigue en descenso, lo que dificulta aún más el encontrar y retener trabajadores. Esta situación se agrava aún más en el sector agrícola, asociado a un tipo de trabajo más duro y sucio. Así, encontrar una cerda con dotes de autonomía y que exija menos cuidado se ha convertido en algo fundamental.

«Vaya a donde vaya en EE. UU., me encuentro siempre con productores en lucha permanente con la falta de trabajadores. No veo que en esto se esté dando ningún cambio», nos cuenta Ernie Meyer. «No hay ninguna varita mágica que podamos agitar y obtener más trabajadores, y las cosas se pueden automatizar nada más hasta cierto punto. En el sector lácteo han conseguido robotizar el ordeño, pero nosotros seguimos necesitando personal para criar, transportar y atender a nuestros animales».

En Europa es más o menos lo mismo: la tenaza de la mano de obra aprieta cada vez más.

«Hace diez años, cuando trabajaba en Alemania, los trabajadores del sector agropecuario cobraban unos 7 €/hora», sostiene Jeroen van de Camp. «Hoy en día, la cifra asciende a más del doble, y llega a unos 18-20 €/hora».

Una explotación viene destetando un promedio de 3,5-4 lechones por hora de trabajo; la media de la Hypor Libra*, sin embargo, está en 5 por hora. Si necesitamos menos trabajadores para hacer el mismo trabajo, el ahorro será sustancial, sobre todo teniendo en cuenta el peso que tiene la mano de obra en el balance final de cuentas de una empresa. En España, por ejemplo, el gasto en alojamiento y en mano de obra representa un 42 % del coste total de las cerdas, un peso económico similar al de otros mercados.

Preparados, listos... ¡a crecer!

Da igual el tamaño y el lugar de ubicación de la granja que hablemos: para lograr una progenie sana y fuerte es fundamental que las cerdas sean capaces de parir y criar a sus lechones con la mínima intervención humana. Si hay un traslado continuo de los lechones de una cerda a otra, el resultado será que tanto el consumo de calostro como el de leche se verán afectados y, en consecuencia, los animales serán más débiles.

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Los dos factores más importantes que determinan el peso al destete son el peso al nacimiento y la ganancia diaria durante el primer día de vida. Cada lechón debería ingerir un mínimo de 250 g de calostro, cantidad que la Hypor Libra* produce fácilmente. La ingesta de calostro influye directamente sobre el crecimiento durante el primer día y, por tanto, sobre el bienestar del animal durante el resto de su vida

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José Ángel Pedrido Rey
Customer Service - Spain & Portugal Swine Hendrix Genetics

Un buen comienzo significa lechones más fuertes y vigorosos. En una época en la que cada vez se imponen más las restricciones en cuanto al uso de antibióticos, dotar bien a los animales desde el primer día significa un plus tanto para los ganaderos como para la sociedad en general. Además, una explotación sana siempre redundará en mayores beneficios.

«La cantidad de cerdos de valor completo que uno pueda lograr es directamente proporcional al porcentaje de animales fuertes que haya destetado, algo que se obtiene a partir de una cabaña de cerdas de gran calidad con la mejor capacidad lechera», sostiene J. A. Pedrido Rey. «Es una cadena en la que todos los eslabones están conectados: cuanto mejor sea el comienzo, mejor resultará el final».

Si una cerda como la Hypor Libra* puede ofrecer todas las ventajas sin el sufrimiento previo, la elección está clara.

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