La cerda con habilidades sociales

Queremos que nuestros cerdos tengan una vida feliz, sana y productiva. Para ello, la base es contar con cerdas que sean no solo sociables y buenas madres, sino también capaces de producir lechones de gran calidad que logren convertirse en cerdos de cebo de valor completo. Cuando hacemos una selección basada en el equilibrio, no es necesario irse a ningún extremo. Todos podemos cosechar los beneficios.

En definitiva, ¿cuáles son las «habilidades sociales» de una cerda? Tenemos que pensar en las interacciones a las que se enfrenta una cerda a lo largo de su vida, no solo con el resto de animales del grupo, sino también con el personal de la granja. En los animales han evolucionado diferentes formas de comportamiento en sociedad, por como cada una de ellas ha contribuido históricamente a su supervivencia o reproducción. Tener interacciones sociales positivas con otros animales u otras personas favorece una actitud más sociable.

Seleccionar cerdas con mejores habilidades sociales nos permite eliminar el estrés añadido a animales y ganaderos en todas las fases de producción. Una cerda sociable es más fácil de manejar y de llevar a su máximo potencial. Se adapta y colabora por el bien del grupo, en lugar de competir con los demás.

Una cerda con habilidades sociales muestra facilidad para enfrentarse a distintas situaciones en su grupo sin que ello le produzca demasiado estrés o afecte negativamente a su comportamiento. Para el personal de la granja, una cerda más sociable es mucho más fácil de manejar a lo largo de todo el proceso de producción, de manera que está más tranquila y relajada. Es como una posición intermedia en la respuesta fisiológica del estrés conocida como «fight or flight» (lucha o huida). Esta disposición a la calma supone un gran ahorro en mano de obra, si pensamos en el tiempo necesario para trasladar y atender a las cerdas e interactuar con ellas. Las habilidades sociales entre los cerdos son también un elemento crucial y, quizás, incluso más natural. Para sus compañeras (las demás cerdas del grupo), una cerda sociable se adapta fácilmente a la estructura jerárquica del alojamiento en grupo e interactúa de manera significativa con todas sus compañeras (no se mete en peleas, sino que socializa).

Otra de las cuestiones sobre la que debemos reflexionar en cuanto a las habilidades sociales de una cerda es su manera de interactuar con su progenie tras el parto, es decir, su capacidad de cría. Esto es algo que comienza en el momento del parto y llega hasta el destete. El primer factor importante es el deseo de la cerda de construir un nido, lo que se asocia a un número inferior de nacidos muertos, de lechones muertos por desnutrición o de lechones aplastados. En segundo lugar, es importante la facilidad de parto de la cerda, sin intervención, y su capacidad de permanecer tumbada hasta la finalización del parto, de manera que los lechones nazcan sanos y salvos y puedan consumir suficiente calostro. Desde el momento del parto hasta el destete, cuando las cerdas son más comunicativas en los momentos activos (p. ej. al levantarse o al comer) se produce una menor mortalidad en lactación (p. ej. causada por el aplastamiento de lechones). Nuestra cerda, caracterizada por sus habilidades sociales, posee una capacidad de cría excepcional a lo largo de toda la fase de lactación, que demuestra en su facilidad de parto y en la atención que presta a sus lechones.

Es importante averiguar qué significa tener una cerda más sociable, pero también buscar la manera de lograrlo e incluso de introducir mejoras. Medir el comportamiento puede ser complicado y, en ocasiones, subjetivo; así que quizás merezca la pena investigar caracteres que resulte fácil medir y que, indirectamente, mejoren las habilidades sociales de las cerdas. Por ejemplo, en el caso de las cerdas gestantes, hoy en día todas aquellas en granjas núcleo de líneas de madres se alojan en estabulación libre. Con este sistema estamos haciendo una selección indirecta de madres con habilidades sociales, pero también de madres con patas, pezuñas y una condición corporal excepcionales. Las cerdas en estabulación libre también se tienen que acostumbrar a compartir su «espacio personal» con los trabajadores de la granja, al alojarse de forma libre y en grupos, lo que nuevamente implica una selección indirecta de animales que muestran mejor actitud hacia los humanos. Por último, la inclusión de características como el porcentaje de lechones nacidos vivos o el porcentaje de lechones destetados, implica una selección indirecta de aquellas cerdas que sobresalen por su capacidad de cría. Las cerdas con un porcentaje elevado de lechones nacidos vivos son cerdas que posiblemente tendrán siempre partos más fáciles y un número menor de nacidos muertos. Las cerdas con un porcentaje elevado de lechones destetados, por su parte, seguramente serán cerdas que comunican mejor su actividad a los lechones y que producen calostro y leche en cantidad y con la calidad suficientes.

Criar cerdas con habilidades sociales tiene múltiples ventajas. El personal de la granja trabajará más contento, las demás cerdas del grupo estarán más felices y las propias cerdas serán unas madres maravillosas con muchísimos lechones. Estamos convencidos de que hacer una selección basada en animales sanos y de fácil manejo implicará mayor bienestar, menos desperdicio y el mínimo trabajo para el personal de la granja.