Publicado el 27 de junio de 2019
¿Cansado de enfermedades? La genética puede ayudar
Si cree que un niño enfermo ya da problemas, ¿qué opina de un cerdo de 300 kg con fiebre? Desde la pérdida de producción hasta los gastos del tratamiento, los problemas de salud de los cerdos pueden ser peligrosos para el bolsillo. Por fortuna, cuando persiste un problema en el sector porcino hoy en día, la solución se puede encontrar en el par de genes favorito.
Aunque se han realizado ciertos avances contra patógenos específicos, ahora el enfoque más exhaustivo de la investigación genética se centra en cómo hacer a los cerdos más resistentes a la enfermedad en general.
Un buen ejemplo es el reciente proyecto dirigido por PigGen Canada, con la participación de Hypor, destinado a diseñar herramientas para seleccionar cerdos más resistentes. Se escogieron a animales de granjas con altos niveles de salud y se colocaron en entornos propensos a las enfermedades para distinguir a los animales que reaccionaban bien al reto de aquellos que enfermaban o morían. Los investigadores buscaron los marcadores genéticos diferentes entre las dos clases de cerdos para determinar la mejor forma de seleccionar la resistencia en la siguiente generación.
Listos para cualquier cosa
Este enfoque representa el presente y el futuro de la genética en la salud de los cerdos. Si las empresas optan por la resistencia a cierta enfermedad porque es una amenaza en la actualidad, ¿qué ocurre con otros patógenos o la siguiente «gran enfermedad» en el horizonte? Al contrario, se buscan animales inmunocompetentes que estén más capacitados para reaccionar a cualquier cosa; se trata del concepto de la resiliencia a la enfermedad. Puede que los cerdos se críen en un entorno, pero se trasladan a todas partes del mundo y necesitan las mejores oportunidades de superar los retos que les esperan.
Naturalmente, la genética nunca es sencilla. Una de las dificultades que surgen en la cría para la salud y otras características es que, aunque los cerdos blancos se crían en líneas puras en la granja núcleo, el producto final de la granja comercial es un cruce. Por tanto, el potencial genético de un individuo (verraco) que produce una progenie de línea pura en un entorno de núcleo no es necesariamente similar al resultado cuando ese mismo animal se utiliza para producir una progenie cruzada.
En respuesta a este reto, Hypor utiliza el concepto de selección de Líneas Puras y Cruces Comerciales (CCPS). Con ello, se pretende recopilar datos sobre las progenies de líneas puras y cruces de un macho y utilizar esa información para estimar su potencial genético. Desde el punto de vista de las enfermedades, esto también proporciona información sobre la forma en que la progenie de cruces gestiona las situaciones difíciles, como los problemas de salud, en granjas comerciales.
Menos es más
Al igual que las enfermedades se han convertido en una importante inquietud para el sector porcino, también es objeto de atención el impacto de los antibióticos utilizados para su tratamiento. Ya se aplican reglamentos que no permiten los residuos de antibióticos en la carne a través del uso de plazos de retirada antes del sacrificio. Se está realizando una labor mundial para minimizar el desarrollo y la propagación de la resistencia antimicrobiana de los seres humanos y los animales.
Siguiendo la línea de ese esfuerzo, las empresas como Hypor han adoptado protocolos de «uso mínimo» en sus granjas núcleo. Las granjas no están exentas de antibióticos, pero realizan un uso mínimo de ellos tratando a los cerdos solo cuando sea necesario para su salud o confort y sin incluirlos nunca en el pienso. El objetivo subyacente es producir animales con una capacidad natural de luchar contra la enfermedad en lugar de depender de la ayuda de los antibióticos.
Hypor también está comprobando con los clientes que emplean producción sin antibióticos qué verracos y familias funcionan bien en ese sistema.
Al igual que sucede con muchos aspectos de la ganadería y la agricultura, la genética es el punto de inflexión final que altera lo que hacemos, la rapidez con la que lo hacemos y lo lejos que podemos llegar. Si «ganar el juego» significa animales más sanos, consumidores más felices y un sector creado para durar, es mejor incluir la genética en el equipo.