
Publicado el 5 de julio de 2023
"Una genética correcta es clave para ahorrar mano de obra": Una historia de éxito de un cliente de Hypor
La mano de obra agrícola es difícil de encontrar. Si no que se lo pregunten al criador de cerdos Wolfgang Beckmann, de Meppen (Alemania). Sin embargo, cada año consigue producir, criar y entregar muchos lechones uniformes y sanos. El ingrediente clave de este éxito: la cerda adecuada.
Este artículo se publicó originalmente en la revista "Varkensbedrijf". Se ha condensado y vuelto a publicar aquí con permiso.
A Wolfgang Beckmann no se le nota al verlo durante nuestra visita a principios de junio, pero es una época estresante para él. Además de sus 1.050 cerdas, 4.600 cerdas de cría y 9.300 cerdos de engorde, Beckmann tiene 370 acres de tierra cultivable, que requiere mucho riego. La planta de biogás de 500 kW también requiere una atención regular. A pesar de todo, el porcinocultor alemán se toma su tiempo para hablar de su granja.

La genética, base del éxito
Beckmann produce sus propias cerdas mediante el sistema de cría patentado BioHypor. Para ello dispone de 100 cerdas Landrace puras de Hypor. Para producir F1, éstas se inseminan con Hypor Large White. Como verraco terminal se utiliza el verraco Piétrain Maxter de Hypor.
Beckmann afirma: "Elegí la genética Hypor en 2002 por su buena fertilidad y camadas uniformes. Mis cerdas actuales funcionan bien en grupo y tienen un buen trabajo de aplomos. Paren con facilidad y se necesita poca asistencia al parto. Tengo relativamente pocas camadas prolongadas y pocas camadas extremadamente grandes". Y añade: "Las producciones de calostro y leche son buenas, lo que resulta en lechones uniformes y sanos, que tienen un peso al destete de unos ocho kilos a las cuatro semanas. Hay poco trabajo con los lechones débiles y, si tengo que hacerlo, utilizo como mucho dos cerdas de acogida por cada cincuenta cerdas", dice el porcinocultor, que afirma que también está contento con Maxter como verraco terminal. "Este verraco da lechones cada vez más vitales".
Buenos resultados a pesar de una mano de obra relativamente baja
Por consiguiente, los resultados técnicos de las cerdas de Beckmann son buenos. El índice de camada a una edad de destete de cuatro semanas es de 2,38. El número total de lechones nacidos por camada es de 16,5, y se desteta una media anual de casi 32 lechones por cerda. En cuanto al consumo de pienso, Beckmann lleva años por debajo de los 1.100 kilos por cerda y año.
![]()
Esta cerda encaja en mi objetivo de lograr los mayores rendimientos posibles con los menores costes posibles. La facilidad de uso de la mano de obra desempeña sin duda un papel en ello, ya que cada vez es más importante. Al fin y al cabo, aquí tampoco es fácil conseguir buenos trabajadores agrícolas.
Beckmann trabaja con un jefe de granja para las cerdas, un empleado a tiempo completo, dos a tiempo parcial y becarios. Su hija Lea también trabaja en la granja desde mediados del año pasado. Ayuda a los empleados en la nave de cerdas y se ocupa de la cría de cerdas jóvenes. El propio Beckmann se ocupa principalmente de los establos de acabado junto con un empleado. La parte arable y la planta de biogás suelen estar atendidas por un solo trabajador. "Tenemos unos 2,5 trabajadores por cada mil cerdas. No es mucho, pero afortunadamente tengo un jefe de explotación que sabe bien lo que hay que hacer y gestiona en consecuencia. Los empleados asumen su responsabilidad. Gracias al sistema semanal, todo el mundo sabe exactamente qué hay que hacer cada día".

Ahorro sustancial en mano de obra
En términos de genética en relación con la mano de obra, existe una base sólida en la empresa. Además, Beckmann realizó los cambios necesarios en los últimos años para ahorrar mano de obra. Se redujeron las líneas de paseo. Los partos solían tener lugar en dos establos, ahora en uno. La cría también se realiza en un solo establo. El cambio del pienso líquido al seco para las cerdas gestantes también ahorra muchas horas a Beckmann y a sus trabajadores. "Teníamos mucho trabajo con las cerdas que tomaban muy poco pienso. Eso ya no nos pasa. También dedicamos mucho menos tiempo al mantenimiento y a pequeñas reparaciones del sistema". En total, con las cerdas gestantes ahorramos entre siete y ocho horas de trabajo a la semana. Es una gran diferencia. La nueva paridera también nos ahorra trabajo. Por ejemplo, es mucho más fácil de limpiar. Eso también nos ahorra otras cuatro horas a la semana".
El porcinocultor espera que la demanda de trabajos en granjas siga siendo alta en los próximos años. "Es toda una tarea encontrar buenos profesionales con corazón para la porcinocultura... Pero tendremos que seguir buscando y optimizando. El cuidado de los animales es difícil de automatizar. Lo importante son cerdas sanas y con buen rendimiento que críen fácilmente muchos lechones."